"El hombre es la gloria y la escoria del Universo" Blas Pascal.
Millones de personas a través de los modernos medios de comunicación siguen paso a paso el llamado "rescate del siglo" en Copiaco, Chile. La movilización de medios humanos y tecnológicos, la solidaridad, y el denodado trabajo de los rescatistas, conmueven en las fibras íntimas al que se precie de mas duro. Una obra de ingenieria formidable, fantástica. Me viene a la memoria las palabras de la Biblia, cuando dice que: ...Dios desciendió a ver la ciudad y la torre que los hombres construían (Babel): "He aquí el pueblo es uno, y estan puestos de acuerdo, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer"... La idea es que,
el ser humano en tanto humano creado y creador, posee un potencial insospechado cuando se trata de realizar proezas extraordinarias.
Y eso, hay que celebrarlo.
Pero uno no puede dejar de preguntarse: ¿Era realmente necesario este despliegue, esta inversión, estos 68 días de angustia y dolor? ¿Semejante inversión de recursos en un país que, recien se está reconstruyendo del devastador terremoto de meses atrás?.
Esta es, pues,
la faz oscura, la paradojal. Ya que la empresa había sido advertida por estos mismos hombres, que,
no estaban dadas las condiciones para trabajar en las profundidades, y que la vía alternativa de escape, tenía deficiencias. Una escalera, si, una vía de escape. Un túnel hiperavanzado y un rescate cinematográfico, en lugar de una sencilla vía de escape como la que establecen las normas.
Dios y el destino quisieron que hoy se hablara de milagro
: Por la codicia de un sistema perverso, quizas, hoy, estaríamos hablando de otra cosa.
