martes, 5 de abril de 2011

Descolorida Democracia.

El bloqueo realizado recientemente a la planta propietaria del diario Clarín, despertó la reacción mediática de la fragmentada oposición política al gobierno Nacional de Cristina Fernandez de Kirchner. Algunos prestigiosos analistas opositores , consideran que, este hecho, junto a la “autoritaria” forma de gobernar de la presidenta, constituyen el cemento de coeción sobre el que descansará finalmente, una candidatura única de oposición a través de la cual derrotar al espacio Kirchnerista.

Vayamos por partes: Esta “fantasía” de los grupos “pro orden” es solo eso: Una fantasía. Y probablemente, dichos analistas , no estén analizando, sino operando en pos de esta visión pro aliancista, que conociendo la historia reciente y no tan reciente de nuestro País, ya sabemos cómo puede terminar.

Analicemos los hechos: Durante la conferencia de prensa brindada en ocasión de fijar la fecha para la elección en la CABA, el Jefe de Gobierno Porteño, Mauricio Macri disparó duras críticas contra el gobierno nacional, asegurando que “Es el peor momento de la democracia desde el año 1983”. Luego, hizo un llamado a las fuerzas de la oposición a unificarse para fijar agenda común y sobre todo, para “defender los valores de la democracia en riesgo”. Sería interesante conocer, que definición de democracia es la que el jefe porteño tiene en mente. Ya que la fuerza semántica del término remite a priori a todo lo que se considera bueno, noble y puro, pero sin demasiadas precisiones, es menester que acotemos los términos. Su partener, la diputada Gabriela Michetti definió, pocos días atrás, la concepción PRO de democracia: “Democracia es ante todo orden”.

Interesante. Podríamos intentar sumar esta definición a la académica de la Ciencia Política. Veamos: Según Lefort, democracia es “un tipo de sociedad que se caracteriza por la incertidumbre respecto al poder”, y son los totalitarismos, “la fantasía de las sociedades por eliminar esta incertidumbre” en este caso, a través de un “orden” que lo atraviese todo. Claramente, la canalización por los canales institucionales del conflicto, es otra definición posible de la democracia.

Esta idea de “orden” cuyo correlato económico se despliega en la célebre amenaza cuasi mafiosa de la “seguridad jurídica para atraer inversiones”, (seguridad claro, para las empresas e inversiones privadas a expensas de los trabajadores) es el rasgo de un tipo de democracia en la cual se busca eliminar permanentemente la noción de “conflicto” que es inherente a la misma. Desde los tiempos remotos, “el pueblo y los grandes” según Maquiavelo, disputan los espacios de poder.

Respondiendo a este urgente llamado para salvar la República, acudieron los conocidos de siempre, consensuando un documento en defensa de la democracia en peligro. Y estamparon su rúbrica dirigentes tan dispares como Eduardo Duhalde, Lilita Carrió, Mauricio Macri y Ricardo Alfonsín. Mauricio llamó a unirse en pos de su candidatura, lo mismo hizo Eduardo Duhalde. Hasta Cleto Cobos, deslizó que podría tejer una alianza electoral con el mismísimo líder del PJ Federal. Esta intención contubernista, puede definirse en términos de la academia popular: “Estamos arrastraos en un merengue, y en el mismo lodo, todos manoseaos” como expresara hace muchos años nuestro profeta vernáculo, don Enrique Santos Discépolo.

Como sea, la debilidad de la oposición es tal que, acude “institucionalizando” el mediático llamado del Jefe de Gobierno, aceptando mansamente una frase que, debiera haber sido repudiada por la oposición en su conjunto.

Expresar una mirada distinta a la del gobierno nacional, a su concepción de País, criticar sus políticas de estado, o las carteras de Cristina, son parte del juego democrático; Decir que “es el peor momento de la democracia desde 1983”, es faltarle el respeto a nuestros muertos. Que una oposición fragmentada corra a firmar dicho documento, luego de homenajear al Dr. Raul Alfonsín, quien soportó los levantamientos carapintadas, y todo tipo de presiones por parte de los grupos del poder nacional e internacional, antes de, entregarle la banda a otro presidente constitucional, es como mínimo, un despropósito.

Sorprende que el precandidato de la UCR e hijo del ex presidente, Ricardo Alfonsín, haya suscripto dicho documento, estando dispuesto a pagar el costo político que a futuro tendrá. Lástima por un dirigente que, de tener un buen asesoramiento del que obviamente adolece, podría posicionarse de mejor manera de cara a Octubre del 2011.

Por su parte, la imagen de Cristina Kirchner sigue escalando, y, de realizarse los comicios hoy, triunfaría en primera vuelta.

Mientras tanto, ésta dispersa oposición, (donde algunos dirigentes potables se han dejado arrastrar por la “duranbarbarización” de la política), seguirán defendiendo la democracia, su  descolorida democracia.

Aníbal Villordo